China: nueva educación para la nueva normalidad

Un gran número de jóvenes con una buena formación son incapaces de encontrar trabajo. Al mismo tiempo, la economía mundial está experimentando una escasez de trabajadores cualificados. Entonces, ¿qué va mal?

China: nueva educación para la nueva normalidad

El siguiente artículo ha sido escrito originalmente para WISE ed.review. Para leer el artículo original en inglés, haga clic aquí. Sigue la actualidad de WISE en @WISE_es.

yong
Dr. Yong Zhao, Presidente y director del Instituto de educación global y online de la Facultad de Educación de la Universidad de Oregon.

Este artículo es una adaptación de una ponencia especial dada por el Dr. Yong Zhao en la Conferencia Pensador Xinhuanet, en diciembre de 2014.

La innovación es el nuevo combustible para el crecimiento futuro de China. La segunda economía más grande del mundo tiene una gran necesidad de talentos innovadores y, por lo tanto, de un sistema educativo innovador.

El reto más importante que enfrenta el mundo hoy en día es el desempleo juvenil. Según las estadísticas, 53% de los graduados universitarios estadounidenses no tienen un trabajo relacionado con su especialidad o están subcontratados. En septiembre de 2014, el 27,2% de los jóvenes de Australia han estado sin trabajo, por encima del 16% en 2008. Muchos países de la Unión Europea están luchando contra el mismo problema. China no es una excepción. En 2015 se estima que las universidades en China batan un récord de 7,4 millones de graduados. El número de jóvenes desempleados que han ido a la universidad ya supera al de los que optaron por un diploma de escuela secundaria o menos.

Un gran número de jóvenes con una buena formación son incapaces de encontrar trabajo. Al mismo tiempo, la economía mundial está experimentando una escasez de trabajadores cualificados. Entonces ¿qué está yendo mal? La razón pueden estar en «las habilidades coincidentes». Nuestras escuelas no están cultivando los talentos que el mundo quiere. Nuestra educación necesita un replanteamiento serio.

Cada transición económica requiere, inevitablemente, una redefinición de talentos. El inicio de la Revolución Industrial se enfrentó a este problema. Sería inútil tener más y mejores agricultores en un mundo industrializado. ¿Por qué queremos preparar a nuestros niños para trabajos que ya están obsoletos? Esa es la pregunta que debemos hacernos.

La humanidad está entrando en la segunda era de la máquina, una nueva era impulsada por la informática y las tecnologías digitales. Así como la máquina de vapor sustituye el músculo humano y animal, los ordenadores están reemplazando a la inteligencia humana. Mientras que la Revolución Industrial interpuesta por la primera era de la máquina condujo a un aumento masivo en el número de fábricas y una gran demanda de mano de obra, la segunda era de la máquina parece significar un futuro en el que más y más gente va a tener dificultades para encontrar un trabajo. Tareas mundanas serán asumidas por los robots; tareas que no se pueden hacer por las máquinas inteligentes se desplazarán a los países que ofrecen mano de obra barata. Ya está sucediendo en China: el aumento de los salarios está trasladando sus trabajos de fabricación a Vietnam, Camboya …

Por otra parte, la educación tradicional es monopolio de dos items: las oportunidades de aprendizaje y acreditación. Antiguamente, si no ibas a la escuela, no tenías otra manera de adquirir conocimientos o actualizar tus habilidades. El otro papel de la educación tradicional es proporcionar la certificación. El resultado de este monopolio ha resultado ser que muchos alumnos están interesados en la obtención de una certificación, mas no en el aprendizaje en sí. Con las tecnologías digitales y las plataformas en línea, los alumnos ya no tienen que ir a una escuela para aprender. Si las instituciones ya no son los únicos lugares para perseguir oportunidades de aprendizaje, pero todavía tienen el monopolio de la certificación, significa que ha llegado la hora del cambio. En Google, alrededor del 14% de los empleados no tienen títulos universitarios. Cuando contratan a personas, no ven tu título, sino lo que pueden y quieren hacer.

La educación tradicional está orientada hacia el empleo. Este tipo de educación es muy simple: los alumnos son educados para satisfacer las necesidades de los empleadores. Los educadores enseñan para la preparación profesional y los padres empiezan a hacer planes de vida para sus hijos, incluso antes de que nazcan. La vida se convierte en un camino lineal fijo. Desde preescolar hasta la escuela secundaria, los niños pasan mucho tiempo tratando de ser un «buen alumno». Un buen alumno se convertirá en un buen empleado, pero siendo sólo un buen empleado no es suficiente en un futuro en el que los empleos mundanos y repetitivos serán realizadas por los robots y la mayoría de las carreras para los seres humanos aún no se han inventado.

Tenemos que ayudar a los jóvenes a desarrollar la mentalidad empresarial para crear puestos de trabajo y oportunidades, en lugar de buscar puestos de trabajo, a fin de prepararlos mejor para un futuro incierto. El espíritu empresarial no significa necesariamente iniciar o ser dueño de un negocio. Es más bien un modo de pensar la solución creativa de problemas. Tenemos que enseñar a nuestros hijos a hacer buenas preguntas, lo que es aún más importante que encontrar las respuestas.

La innovación es el punto de apoyo del crecimiento futuro de China, pero las habilidades innovadoras no se pueden enseñar únicamente añadiendo un curso de creatividad e iniciativa empresarial al plan de estudios. Se requiere un cambio de paradigma – de la educación orientada a los empleados a la educación orientada al emprendimiento y desde la prescripción de la educación de los niños a apoyar su proceso de aprendizaje. Para hacer realidad el cambio, tenemos que reconocer el valor y la aspiración de cada individuo, la igualdad de oportunidades y permitir a cada uno de ellos la libertad para perseguir sus intereses.

También podría interesarte