Empatizar con alumnos absentistas

¿Qué propuesta de trabajo se les puede plantear a los alumnos del ACE para que se involucren en su formación? ¿Cómo hacer para que continúen en sus itinerarios formativos y no abandonen la escuela prematuramente? Estas inquietudes motivaron a los responsables del Aula de Compensación Educativa del IES Marqués de Santillana, a repensar el modo de llevar a cabo un proyecto de Aprendizaje y Servicio que permitiera a los alumnos sentirse útiles y comprometerse con su aprendizaje.

Empatizar con alumnos absentistas

Desde el Aula de Compensación Educativa del IES Marqués de Santillana, ubicado en el municipio de Colmenar Viejo, se atiende a alumnado procedente de toda la zona norte de la Comunidad de Madrid.

Desde el comienzo del curso 2015/16, se buscó la forma de dar sentido a una experiencia de Aprendizaje y Servicio que estuviera contextualizada, y que fuera viable y asumible con los recursos del centro. El equipo tuvo que manejar algunos factores que amenazaban la viabilidad del proyecto, principalmente los conocimientos y destrezas limitados del grupo de alumnos, y el desconocimiento de referentes cercanos en este ámbito metodológico; debilidades que les hicieron pensar en la mejor manera de minimizar sus efectos y cómo convertir aquellas, en oportunidades a explotar que se volcarían en el diseño inicial del proyecto:

  • Un análisis en profundidad y liberado de prejuicios y etiquetas del perfil de los alumnos, que les permitió tener bien definida la situación de partida y el establecimiento de un espacio de reto o problema adecuado al grupo; especialmente importante era que el servicio estuviera conectado con sus intereses y motivaciones, además de ser adecuado a su nivel competencial y experiencia previa en proyectos.
  • El trabajo en red con varias instituciones públicas del municipio, buscando alianzas con otros centros que colaboraran con el proyecto para asegurar la viabilidad del mismo.

La importancia de la empatía en el proceso de ideación

¿Qué propuesta de trabajo se les puede plantear a los alumnos del ACE para que se involucren en su formación? ¿Cómo hacer para que continúen en sus itinerarios formativos y no abandonen la escuela prematuramente? ¿Qué se puede hacer para superar el rechazo que produce una institución escolar que les evoca continuamente a una experiencia de fracaso?

“Ponerse en sus zapatos”. Esto es lo que hizo el equipo que está detrás de este proyecto, liderado por Enrique Gómez, antes de ponerse a diseñar la propuesta metodológica que pudiera dar respuesta a la problemática de absentismo y fracaso escolar que están encomendados a atender desde el ACE.

Empatizar con 23 personas, con 23 vidas e historias que les hacen especiales, diferentes, únicos; asumir un compromiso con su educación que conlleva actitudes de reconocimiento, aprecio y comprensión hacia sus realidades.

En este proceso de empatía inicial, el equipo reconoció en sus alumnos:

  • La diversidad y riqueza cultural del grupo marcada por sus orígenes etnográficos: marroquíes, ecuatorianos, guaraníes, gitanos, payos, rumanos, portugueses, españoles, …
  • El desarraigo, en tanto en muchas ocasiones, este origen heterogéneo, promueve la ruptura o crisis en la vivencia de los valores y raíces culturales que poseen. En sus países de origen se sienten extraños, pues son los hijos de los que se fueron, y aquí, donde la mayoría nacieron, no se les deja de recordar que son de fuera, que parecen de fuera, que hablan de fuera.
  • La experiencia de fracaso ligada a su trayectoria vivencial, que llega a ejercer un perverso efecto de profecía respecto a lo que la sociedad espera de ellos, y que mina su autoestima, asumiendo como verdades difícilmente removibles, que no valen y no están a la altura. Esta es su seña de identidad. Difícilmente alguien que se siente apartado por su sistema social puede querer participar de él y respetarlo. Este es el germen de la marginalidad y de la exclusión social.
  • La resiliencia, capacidad personal que se puede comparar a pequeñas flores que brotan en los lugares menos favorables, entre las rocas, y que sin saber cómo, salen adelante en las condiciones más adversas. Comprendiendo que hay que prestar una atención especial para poder captar rasgos de resiliencia en pequeños detalles, gestos,… y trabajar con el alumno empoderándole y apoyándole en su proceso de crecimiento personal, tan ligado a la asunción de responsabilidades en el ámbito del aprendizaje.
  • La adolescencia, etapa vital determinante en la formación del autoconcepto y la personalidad, en la que se debe lidiar con la presión de grupo, la labilidad emocional, la definición de la identidad sexual, … y en la que, a su vez, se toman decisiones relevantes que pueden condicionar las oportunidades futuras.
  • Adicciones: legales, ilegales, químicas, cibernéticas,… forman parte de su realidad. Adquiriendo conciencia de ello, en lugar de negarlas, podrán ser tenidas en cuenta para ofrecer la mejor respuesta (intervención de especialistas, toma de perspectivas distintas, el trabajo en red…).
  • Emociones en formato de emoticonos: sintéticas, rápidas, irreflexivas, estándar, … y que no saben manejar muy bien. Estos alumnos viven su emocionalidad como caballos desbocados que no saben domar, y en el mejor de los casos, son conscientes de la necesidad de mejorar su autocontrol.
  • Sentimiento de estima personal en ocasiones, bajo; en la mayoría de los casos, muy bajo. La sensación de invalidez, de minusvaloración que tienen estos alumnos, supone un freno a su avance, a su crecimiento personal.
  • Absentismo activo – referido a los ausentes que aparecen en las estadísticas – y pasivo. Representado el segundo por los alumnos que a pesar de asistir a los centros, manifiestan un nulo interés por lo que se les plantea y asumen con normalidad no enterarse de nada, pese o incluso a tener una buena valoración académica.
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Alumnos trabajando en el montaje de las mesas de luz

La propuesta metodológica articulada

Reconocer intereses y motivaciones, partir de su bagaje competencial real, plantearles objetivos asumibles que les alienten, esos supuestos de partida siempre han estado claros en el centro, pero en el “cómo enseñarles” es donde se produjo la diferencia en el último curso académico del ACE.

¿Cómo se puede trabajar con los alumnos del ACE para ofrecerles algo que conecte con ellos? Al equipo se le ocurrió vincular una acción solidaria con las competencias básicas que debían trabajar con sus alumnos en las diferentes áreas del curriculum, de manera que toda la experiencia de aprendizaje, quedaría vinculada desde el inicio a una propuesta de trabajo real, orientada al desarrollo de un producto: “unas mesas de LED” que se utilizarían como material de estimulación en las escuelas de Infantil de la zona. Sentirse reconocidos, sentirse estimados, sentirse valorados. Un equipo docente que espera algo muy positivo de ellos y cambia la forma de hacer, para buscar mejores resultados.

La aplicación de la metodología PBL permitiría dar forma a esta idea y dotar de pleno sentido a los aprendizajes que se plantearían en el ACE. Todo el análisis profundo de las necesidades de los alumnos, se volcaría en el diseño inicial del proyecto para tener bien definida la situación de partida y establecer un espacio de reto o problema adecuado al grupo; especialmente importante era que el servicio estuviera conectado con sus intereses y motivaciones y fuera adecuado a su nivel competencial y experiencia previa en proyectos.

Colaboración y alianzas entre centros

El trabajo en red de varias instituciones públicas del municipio, ha hecho posible que la experiencia se desarrolle con éxito. La Casa de la Juventud de Colmenar Viejo, cuatro C.E.I.P. del municipio (CEIP Ángel León, CEIP Virgen de los Remedios, CEIP Antonio Machado, CEIP García Lorca) y el CPEE Miguel Hernández, junto con el apoyo imprescindible del equipo directivo del IES Marqués de Santillana, que confió desde el principio en la pertinencia y viabilidad de esta aventura, han colaborado para encontrar vías de trabajo reales y útiles para hacer frente al absentismo escolar.

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Alumno autoevaluándose

El proyecto pretende marcar las bases de una colaboración entre centros que se consolide en el tiempo, como otra manera de hacer, de educar, orientada a la empoderación de sus protagonistas como ciudadanos valiosos que pueden dar un servicio a su entorno, y a su vez, se sienten más capaces de tomar las riendas de sus proyectos personales y de vida.

¿Qué resultados se han obtenido en la primera edición? A nivel cuantitativo, las pruebas más relevantes del éxito de la experiencia son la mejora en los índices de asistencia y tasa de finalización conseguidos. Respecto a los resultados cualitativos, se evidencian los testimonios favorables de los alumnos y los aprendizajes demostrados en las áreas de carpintería y electricidad al hilo del proceso de fabricación de las mesas de luz. El producto final en este caso, modelos únicos que se han fabricado a demanda, contando con el trabajo de marquetería de los alumnos del CPEE Miguel Hernández, y según las necesidades requeridas por las maestras de Infantil de los centros colaboradores – integran paneles sensoriales, lumínicos y actividades de motricidad fina -, son otra demostración indiscutible de los resultados conseguidos con esta propuesta metodológica.

Los alumnos continuarán en el ACE realizando una formación profesional básica con Unidades de Inserción y Formación Laboral.

Si quieres saber más sobre esta experiencia innovadora, puedes contactar con el docente Enrique Gómez Avilés vía mail: enrique.gomezaviles@educa.madrid.org

Proyecto Innovador FT

Estos son los 3 ámbitos más relevantes de nuestro decálogo que destacamos en el “Proyecto Aprendizaje-Servicio del ACE Colmenar Viejo”, ¡muchas gracias por compartirlo!

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Para saber más

Decálogo de un proyecto innovador

 

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